24 mar 2010

Charla técnica

Un lujo, y otro gusto que me pude dar gracias a esta profesión. Vivir desde adentro una charla técnica de un equipo que compite en A.F.A.
En el estadio de Liniers, donde Lugano actuaba como local mientras terminaba de reacondicionar su cancha, el entonces técnico del Naranja, Sergio Micieli, tuvo la gentileza de permitirme estar “ahí” y vivir la previa del juego ante Central Ballester “desde adentro”.

PRESION Y PASES CORTOS

Faltan poco menos de 60 minutos para que Lugano pise el verde césped del estadio Juan Antonio Arias, donde -oficiando de local- se medirá ante Central Ballester, por la quinta jornada del torneo de Primera D (Temporada 2009/2010). Sergio Micieli, el técnico del local, observa como su ayudante de campo, Juan Zuccala, termina de completar las columnas que le corresponden al team de Tapiales en la planilla oficial del partido. Ezequiel Monzón, el número 18, es el último del inventario.
Ahora sí, Micieli cruza la puerta del vestuario, y al entrar, alcanza con un “bueno chicos, ya está”, para que los parlantes del radiograbador que reposa sobre una silla de madera, dejen de disparar un furioso reggaetón.
El DT, rodeado de su ayudante de campo y los jugadores del Naranja, toma el “machete táctico” confeccionado por tres hojas y comienza a repasarlo, con las jugadas de balón quieto a favor del rival como primer ítem: “Barrera al costado del lado derecho: Ángel Rodríguez y Leonel Ybarra. Carlos Torres; hombre poste”. Luego indica como se deben repartir defensivamente sus jugadores en los corners rivales, y en las jugadas de pelota parada a favor, marca dos apellidos como dueños de la situación: “Rodríguez y Sergio Ríos”.
Distinto es en los penales, donde el ex conductor de Yupanqui, delega la responsabilidad en Alejandro Olmos y Torres, en ese orden.
Refresca un par de jugadas preparadas, sin acudir a la pizarra que, lejos de estar plagada de flechitas, disfruta de un blanco envidiable, sólo invadido por una frase impresa con fibrón negro: “Valorar el momento. Disfrutar el partido. Éxitos”.
Tras perder el invicto en el torneo (y en la valla) en el estadio de Claypole, Micieli sabe que éste es el partido a ganar para enfilarse hacía los primeros puestos y empezar a marcar tendencias: “Hoy no tenemos excusas, la cancha está buena, entonces podemos jugar por abajo. Más allá de que hoy tenemos que ganar como sea; no vamos a cambiar la idea de juego que tenemos”.
Y pidió: “Pensemos en los que se quedan en el banco, y también en los que se quedaron afuera de los 18. Es un privilegio estar dentro de los once. Entonces eso no lo tenemos que sufrir, si no disfrutarlo”.
Devoto de Marcelo Bielsa, exigió: “Orden, salir por los costados, usar el ancho de la cancha. Si tenemos que tirar un pelotazo, tiene que ser a las espaldas de los defensores; que no quede corto porque es una cancha chica. Si tenemos que tocar hacia atrás, lo hacemos. Cuanto más control de la pelota tengamos; más posibilidades tendremos de ganar el partido”.
Claro que si hablamos de Bielsa, en su Biblia no nos podemos saltear el versículo de la presión, el mayor cometido de sus equipos: “Presionemos arriba, hagámonos dueños del balón y del partido hasta que los metamos abajo del arco. Tengamos movilidad”. Y siguió exponiendo lo que quería de sus jugadores: “Vamos a tomarnos el tiempo necesario. Ser un equipo equilibrado, hay que tener equilibrio en la cancha. Hay que tener la mente fría en los momentos decisivos; para eso estamos preparados”.
El juvenil Matías Basualdo, sentado entre Ezequiel Monzón y el arquero Mario Gauna, debuta como titular y será el único que tendrá palabras dedicadas en exclusividad: “Ya jugaste en Primera, hoy te toca de entrada: aprovechala, que no te pese, todos te van a respaldar”. El delantero asintió con la cabeza y mirando a su alrededor con los ojos llenos de ansiedad, como imaginándose lo que vendría.
Tras casi diez minutos de charla técnica, la concentración y atención de los dirigidos por Micieli es asombrosa, sus camisetas aguardan con un naranja brillante como si fuese un día de abril. Mientras, el DT ajusta las últimas tuercas del motor motivacional: “Yo confío en ustedes y en todo el grupo. Tenemos que salir a buscar este partido, si no podemos con fútbol muchachos, de última tenemos que ganar como sea. Pero este partido lo tenemos que sacar, no queda otra. No me puedo traicionar y decir ‘no juguemos’, pero a veces hay que entender que hay partidos en los que hay que ganar, y hoy es clave ganar este encuentro e ir a buscarlo con todas nuestras fuerzas”. Señaló convencido, y convenciendo.
Y con la pregunta que tenía respuesta cantada, cerró la charla: “¿Hoy vamos a ganar carajo? ¿sí o no?”. La respuesta, tan gritada como cantada, sonó más fuerte que el reggaetón que precedió a Micieli, y sus players cumplieron: 3 - 0 a Ballester, con dos goles de Matías Basualdo y uno de Alejandro Olmos.

Publicado en la revista Ascenso CD de octubre (2009)