10 oct 2009

Nota color

LA PASION NO DESCIENDE
Almirante Brown obligado a ganar para no descender a la Primera B Metropolitana, recibía a Chacarita. La hinchada, ese fenómeno alguna vez descripto por Jorge Valdano como “un monstruo de mil cabezas”, rebalsa la tribuna popular: “Ho, el Brown no se va...” entona durante gran parte del juego, al principio como una imposición, más tarde como una súplica. En la platea, un muchacho de unos 25 años, indumentaria íntegramente aurinegra. Rostro tapado por una barba estilo Che Guevara. Pelo corto con pronunciadas entradas, cual Abel Balbo o Bernie Romeo. Acompañado de su novia, algo así como una Cindy Crawford argentina (lunar sobre el lado derecho del labio incluido), se suma a la ovación que la multitud le ofrenda a Cristian Campestrini, ídolo de la Fragata: “Olé, olé, olé, olé... Campe, Campe...”.
Con el encuentro en marcha, da más indicaciones que el mismísimo Blas Giunta. Pide que Basualdo se mueva más, porque la pelota no le llega a los delanteros. Que abran la cancha con Verón y Deláguila. Que prueben de media distancia. Se enoja con el árbitro, Carlos Maglio, cada vez que éste marca una infracción a favor del equipo que dirige Pedro Monzón.
Termina el primer tiempo y por primera vez, desde que empezó el partido, se sienta y abraza a su chica, sin pronunciar palabra alguna, se miran y, con un silencio casi premonitorio, se dicen todo. Sonríen cuando un encargado de seguridad, retira del campo a un canino que rondó el área más veces que los delanteros del aburrido cotejo que se disputa en la tarde de Isidro Casanova. Empieza el segundo tiempo y se enoja con Giunta cuando lo saca a Verón. Le pide que lo reemplace a Demus y, minutos después, Blas le da el gusto y cambia a Pérez por el ex Almagro. Posteriormente, con la inclusión de Varaldo, planifica la maniobra ofensiva que (pretende) le dé el gol, el triunfo, los tres puntos y la salvación a su equipo: “Ahora sí, que desborde Pérez y que le meta el centro a Varaldo, que éste se las manda a guardar”.
Pero esa jugada nunca ocurre. El final del partido, sin goles, sentencia a Almirante a descender. Ella lo abraza, él queda atónito, sus ojos apuntan al campo de juego pero su mirada está perdida, no encuentra explicación a lo que está viviendo y el dolor le perfora el alma: “¿Cómo puede ser? ¿Salimos terceros y nos vamos a la B? Todo por esos hijos de puta que nos sacaron 18 puntos”. Todos aplauden al equipo. Insultan a Julio Grondona. Vuelven a aplaudir. Baja una nueva ovación para Campestrini que, al igual que la mayoría de sus compañeros, abandona el terreno de juego ahogado en lágrimas. Ella y él también lloran, se abrazan, ya no escuchan nada alrededor. Él la tranquiliza y promete, con absoluto convencimiento: “El año que viene ascendemos de nuevo”.

Para 2do año del I.S.Pe.D. (Julio de 2008)

1 comentario:

  1. Hola David. Cómo estás? Recién, de casualidad, estaba buscando algunas cosas en internet y me topé con tu blog. Por lo que noté seguís, o seguías, mucho la Primera D. Preguntarte si lo seguís haciendo y si te gustaría ayudarnos con algo de material de la categoría. Al menos proporcionarte las acreditaciones y algunos partidos de la B Metro, C y D no habría problemas, como también, dentro de los cercanos, alguno de la BN. Cualquier cosa dejame un mensaje en Locos x el Ascenso y algún contacto si te interesa. Sino, gracias por la atención.
    Un abrazo, Dante Ariel Dufau

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